El templo y yo.
Ayer subí al piso 8 de la pagoda del templo Kek Lok Si, al norte de la isla de Penang. Su arquitectura China-Hindú-Islámica me resultó impresionante. Cientos de personas pasaron por ahí contruyendo todo aquello desde 1890, 20 años tardó en construirse solo con el afán de dejar un mensaje, una palabra, un ejemplo a seguir, un compartir... e incluso hoy, alejado del egoísmo en el que se desenvuelven las religiones, se sigue ampliando. La pagoda tenía miles de budas en su interior cubriendo las paredes, vigilando las estrechas escaleras que miraban fijamente ese camino hacia el cielo... subí hasta la cima y miré el mar del estrecho de Malaca a lo lejos y pensé... "que lejos estoy"... y que agradecido con la vida que tengo. Mientras abajo muchas personas encendían inciensos y rezaban a Buda, Kuan Yin o cualquier otro de los Dioses del templo, yo arriba me dediqué a preguntarme a quién le debía tantas cosas... y entonces parecí darme cuenta casi en el instante, y una vez más, que ...