Abuela.
Abuela, hace mucho tiempo que, por costumbre no me refiero a ti con ese sustantivo. Pero hoy tal palabra no solo posee sustancia, si no también, el atributo de lo fijo de un sustantivo como lo fijo de mi sentimiento por ti. La distancia nos ha enmarcado de silencio, cuando siempre estuve allí para escucharte y hablarte; desde niño, tus oídos siempre estuvieron dispuestos a mis narraciones. Soñé ésta noche contigo, hace mucho que no recibo tu abrazo, y hace mucho que lo extraño. Mira, hoy te escribo estas líneas, procuro ser tan pulcro y entretenido como tantas otras líneas que leíste en tu vida, procuro ser tu atención, cual novela recién comprada para ti de la mano de alguna de tus hijas. En mi sueño de anoche, tu te preparabas para partir de éste mundo, imposible no recordar, muy agradablemente, que quizá desde las navidades de 2004 nos decías, que quizá las próximas no estarías aquí. Que sorpresa te ha dado la vida, quién sabe realmente por qué, pero ya más de 90 ciclos has experim...